Dic
10
2020
Capacidad de supervivencia y resistencia
Muchas veces hemos oído decir que hay insectos que pueden vivir sin cabeza, y este argumento junto con muchos otros, como el de la resistencia a los productos químicos, han generado especulaciones sobre la supervivencia de los insectos a cualquier tipo de catástrofe, sobre todo en aquellos insectos como las cucarachas. Sin embargo, es relevante entender a profundidad la biología y morfología de los insectos para comprender que esto se acerca más a un mito que a una realidad.
En los artrópodos (insectos, miriápodos y arácnidos), la tagmatización es la diferenciación de regiones del cuerpo o tagmas, formados por segmentos similares entre sí y diferenciados del resto. Cada segmento se une con otro de una forma funcional. Existen tres segmentos o tagmas claramente diferenciados: cabeza, tórax y abdomen. De esta forma, el tagma cabeza se encarga de la recolección de alimento, y de la recepción de información del ambiente externo por medio de diversos órganos y apéndices, como los ojos y las antenas respectivamente. (Moreno A. y López C.)
En este sentido, cuando un insecto, por ejemplo, una cucaracha se queda sin cabeza, se pueden observar movimientos en algunos de sus tagmas, pero ¿esto significa que esté viva? No precisamente. Su sistema nervioso se mantiene activo en tanto tenga nutrientes para mantenerse así, sin embargo eso no implica que estén vivas y por tanto que tengan una capacidad de supervivencia infinita.
En el mismo sentido, es verdad que los insectos tienen cierta capacidad de resistencia, pero tampoco implica que sean resistentes a cualquier catástrofe. La resistencia es definida como el desarrollo de la habilidad para tolerar dosis altas de tóxicos, los cuales resultan letales a la mayoría de los individuos en una población normal de la misma especie y este fenómeno se puede dar en tres sentidos:
- Resistencia morfológica
- Resistencia de comportamiento
- Resistencia fisiológica o bioquímica
Si bien, los insectos han desarrollado a lo largo del tiempo la habilidad para tolerar productos químicos, existen otros factores que no dependen precisamente de los insectos y a los que a veces no se prestan atención, pero que, sin embargo, tienen una influencia que podríamos llamar indirecta en la resistencia de los insectos, para reflexionar sobre algunas de ellas:
¿Realmente se realizan planes de manejo integrado que fortalezcan sus acciones frente a la resistencia de los insectos?
¿Se da la relevancia necesaria a conocer la morfología y biología de los seres contra los que se trabaja día a día en este medio?
Armas poderosas (además de los químicos) son la información, el conocimiento, el uso de múltiples métodos mecánicos, biológicos y culturales para aprovechar al máximo los medios con que se cuentan actualmente, incluso con una menor huella ecológica.
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