Cebaderos
Regularmente los dispositivos se colocan de acuerdo a diversos criterios, que consideran estándares de organismos auditores o de las propias empresas, considerando el objetivo (por ejemplo monitoreo interno o externo) , la distancia , así como los lugares de tránsito probables de los roedores.
Por ejemplo, Las Normas Consolidadas de AIB internacional para la inspección, considera algunos criterios para la colocación, como los siguientes:
- Que el espacio entre los dispositivos sea en intervalos de entre 15 y 30 metros
- Que los dispositivos en exteriores se ubican a lo largo de paredes de cimientos
- Que los dispositivos de monitoreo internos se ubican a lo largo del área perimetral y se establece un criterio de 6 a 12 metros como intervalo de distancia entre sí. (Normas AIB, pp. 37-38)
Sin embargo, vale la pena mencionar que los criterios de espaciado convencionales, descritos mediante ejemplos anteriormente, se establecieron hace ya varias décadas (en 1940-1950) con base en el rango de búsqueda de alimento de los roedores.
Actualmente ¿Te has preguntado porque se hace el espaciado así y si es la mejor manera de hacerlo?
Un aspecto que queda claro es que estos criterios son generales y no toman en consideración algún aspecto adicional del comportamiento de los roedores. Recientemente la NPMA (National Pest Management Association) ha realizado estudios recientes para evaluar si existen características específicas en los edificios u otros comportamientos de los roedores que tengan una influencia en la efectividad de las capturas y el consumo de cebos.
El estudio se realizó en almacenes de alimentos en EUA, colocando los dispositivos internos y externos acorde a los criterios de intervalos de espacios convencionales. Observaron que características del medio ambiente, así como de la construcción si podían ejercer una influencia en la efectividad. “Las características que resultaron en una mayor actividad incluyeron áreas con temperaturas más cálidas, a lo largo de caminos, cerca de muros de concreto, en los bordes o esquinas de los muros, cerca de vegetación densa y en sombras.” (Frye et al, 2021).
La lección que deja este estudio es que, además de considerar los criterios establecidos en la normativa y estándares, se debe usar criterios de evaluación ex ante, que permitan inspeccionar cuidadosamente características de las instalaciones, condiciones medioambientales que permitan tomar criterios más focalizados; a decir de la investigación: “ un enfoque más basado en la evaluación, donde se realiza una inspección primero para determinar las áreas que tienen una mayor actividad de roedores y luego la ubicación de las trampas según la evaluación de una instalación, en lugar de distancias arbitrarias.”
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