“Babosas y caracoles en los cultivos”.

Estos pequeños y babosos organismos, a pesar de ser  inofensivos para los humanos, pueden provocar daños cosméticos, deterioro y destrucción en jardines y cultivos. Estos seres se alimentan de plantas y cultivos como el apio, la almendra, algunos cítricos, leguminosas y muchos más. Su presencia puede resultar en agujeros en las hojas, también pueden comer las plantas recién nacidas e incluso frutos que crecen cerca del suelo. Su “voracidad” puede ser tan  importante al grado de acabar con grandes cantidades de cultivos provocando pérdidas en las producciones y su calidad. 

Además de estos inconvenientes, los caracoles y babosas pueden ser vectores u hospederos de parásitos y transportadores de enfermedades en las plantas, sobre todo mediante esporas de hongos. 

A estos seres gelatinosos no les gusta la luz ni el calor, por lo que por lo regular se esconden durante el día y salen por la noche a alimentarse. Sus escondites preferidos son lugares  frescos y húmedos en general. Su relativa sencillez y hábitos bien definidos, pone de relieve la importancia del uso la gestión preventiva de plagas, incorporando medidas diversas para su tratamiento que no solamente están basadas en el uso de productos químicos. 

Algunos daños en cultivos provocados por los caracoles y babosas. 

FUENTE: Universidad de Santiago de Compostela

En el mercado, existen diversos molusquicidas para tratarlos, tanto de origen botánico como químico. Algunos de los más populares tienen como ingredientes activos el metaldehido y más recientemente el fosfato de hierro, sin embargo es de suma importancia considerar los efectos secundarios que estos pueden tener en el subsuelo o en otros animales como las aves. En este sentido, combinar una estrategia de manejo integrado se vuelve de suma relevancia para resolver los problemas económicos que implican estos organismos como plaga pero también preservar al resto del ecosistema. 

Algunos métodos a considerar para tratar a estos organismos son:

• Elimine los lugares donde se esconden durante el día como son tablas, piedras. 
• Cultivar vegetales y flores en lugares soleados.
• Emplear un sistema de riego por goteo en vez de reguiletes, con lo cual se logra reducir la humedad al reducir el exceso de agua. 
• Use barreras de cobre a modo que estos organismos reciben un pequeño choque eléctrico que les haga no traspasar hacia jardín o cultivos. 
• Dependiendo del grado de infestación, puede emplear controles biológicos como protozoos y zooparásitos y planificar un tratamiento no solo a población adulta sino a los huevos.
• Dependiendo del grado de infestación también  puede emplear cebos siempre considerando las medidas preventivas necesarias para evitar riesgos con niños, aves y otros animales. 

En ZALUN, podemos asesorarte para el uso de métodos integrales para el control y tratamiento de estos organismos. ¡Acércate a nosotros! 

FUENTES: Facultad de Biología Universidad de Santiago de Compostela, Programa de Manejo Integrado de Plagas de la Universidad de California.